Se presentará en trío con Tony Scherr y Kenny Wollesen el 9 de febrero en la Sala Sinfónica del CCK con entrada gratuita. Los tickets se podrán reservar desde el martes 7 de febrero a través de la sección reservas de la web del Centro Cultural Kirchner o retirarlas directamente en la calle Sarmiento 151.
Uno de los artistas con mayor personalidad en la escena musical regresa a la Argentina después de casi doce años de ausencia. El guitarrista Bill Frisell se presentará el 9 de febrero en la Sala Sinfónica del CCK en trío con dos conocidos del público local, Tony Scherr en contrabajo y bajo eléctrico y Kenny Wollesen en batería, el mismo grupo con el que debutó en La Trastienda, en agosto de 2000.
Frisell es un músico de alguna manera inclasificable. Si bien proviene de un mundo jazzístico su enorme liberalidad a la hora de explorar géneros y sonidos le permitió llevar adelante proyectos de un hermoso eclecticismo que en el caso de este músico suenan genuinos. De amable sonrisa, este guitarrista desarrolló su propio estilo con un sonido inconfundible por su atmósfera, su toque reflexivo, meditado y una fluidez alejada de lugares comunes y altisonancias. La revista New Yorker lo definió como el estilista más original del jazz contemporáneo quizás por su fraseo paciente y el oscuro romanticismo que trasmiten sus melodías además de una falta de artificios que redunda en una llegada directa con el auditorio.
En sus dos visitas anteriores, la última en abril de 2005, con Victor Krauss en contrabajo y Matt Chamberlain en batería, mostró propuestas diferentes aunque de un idéntico concepto en el que la melodía fue sin duda protagonista. La sensación que sobrevuela la música de Frisell es la de una música nunca terminada lo que permite darle a cada concierto un tono único e inesperado. Tiene al menos siete proyectos diferentes: el trío con Scherr y Wollesen; el cuarteto con Greg Leisz; 858 Quartet, que es un grupo de cuerdas, el trío Beautiful Dreamers; el John Lennon Tribute Band; el Big Sur Quintet y el When You Wish Upon Star, con la cantante Petra Haden (hija de Charlie) y de todos ellos Frisell afirma que el más libre, el mayor flexibilidad musical es el trío. “Cada concierto tiene lo suyo porque no nos proponemos un repertorio determinado; sí sabemos cómo comenzar pero la música que iremos tocando tiene que ver con el auditorio, la sala y lo que sentimos; en eso hay una respirable flexibilidad”, afirmó el músico en una de sus entrevistas.
Quizás como ningún otro músico en la escena del jazz, Frisell reparte sabiamente su tiempo con proyectos de otros músicos como el del saxofonista tenor Charles Lloyd and The Marvels, con un disco impecable como “I Long To See You”, que lo tuvo de gira durante buena parte de 2016 y que retomará en abril de este año. Sus tríos con Joe Lovano y Paul Motian, Dave Holland y Elvin Jones y Ron Carter y Motian son sólo algunas de su infinidad de grupos y colaboraciones de los que forma parte y que describen a un músico de una versatilidad de ideas y creatividad importantes. Sin renegar de su sonido, Frisell se convirtió en un miembro valorado de la escena neoyorquina, en especial, para artistas de la vanguardia como John Zorn quien dijo “su presencia garantiza una música interesante”. El saxofonista se refería a la participación, por ejemplo, de Frisell en su álbum “Mysteries” (2013) y las miniaturas melódicas que le dieron al disco una atmósfera única.
De sus últimos trabajos, sobresale “Guitar Space Air” (2014), en cuarteto con Leisz, Scherr y Wollesen, y que parte de ese material haría en Buenos Aires. Un disco con versiones de clásicos con un espíritu que rodea al surf, al blues y al rock’n’roll de los años cincuenta aunque en maridaje con la guitarra de Frisell que sin dejarse llevar por efectismos recoge los elementos centrales de esas músicas. Cambios permanentes de ritmos, rearmonizaciones intricadas sin perder la frescura original ponen en evidencia a un guitarrista excelente, tanto por las ideas como por su forma de desarrollar los climas. Si bien, Frisell es un músico que mira tanto adelante como atrás, en este aspecto, estas últimas lejos de un simple ejercicio de nostalgia revelan nuevas razones por lo que el material elegido puede ser considerado eterno.
De sus 35 discos editados como líder, hay varias perlas como “Rambler” (1984), con Kenny Wheeler y Paul Motian; “Have A Little Faith” y “The Land”, ambos de 1992 y en los que participa el clarinetista Don Byron; “Nashville” (1995), el famoso “Good Dog, Happy Man” (1999); “The Intercontinentals” (2003); “Unspeakebable” y “Richter 858, ambos de 2005, y “History, Mystery” (2008). Cada uno de estos trabajos refleja a un Frisell diferente en su aproximación al repertorio sin perder carácter. Una de las definiciones más aceptadas de un músico de jazz es que tenga su sonido y desde esa cualidad pueda proyectar su personalidad musical, pues bien, Frisell, es uno de esos artistas que habitan el reino del sonido propio.
Un poco de historia
Nació en Baltimore, en marzo de 1951, y su primer instrumento fue el clarinete para lo que tomó estudios de música clásica. De Baltimore a Denver, y de ahí viajó a Boston, ya con su guitarra para estudiar en Berklee, en donde tomó clases con el legendario Jim Hall, con quien en 2008 grabó su disco “Hemisphere”. A comienzos de los ochenta se instaló en Nueva York y formó un cuarteto que tuvo una interesante aceptación en el mundo de la vanguardia de esa ciudad. La historia recuerda que fue su colega Pat Metheny quien lo recomendó al baterista Paul Motian para su disco “Psalm” y desde ese trabajo, en 1981, comenzó lo que sería su carrera, en la cual hay una enorme variedad de géneros por los que transita, como por ejemplo, su revalorización de la música country. Desde hace más de 10 años se encuentra radicado en Seattle, ciudad de una rica historia musical. Introvertido, su música habla de ese mundo interior, rico que el artista logra expresar a través de su guitarra.
Hola, el disco de Bill Frisell se titula «Guitar in the space age» (Guitarra en la era espacial) y no «Guitar espace air» como consta por error en el articulo. Por lo demás, siempre es interesante recabar información sobre un músico tan sobresaliente como Bill Frisell. Gracias.