Una escena variada y con valiosas propuestas
Mientras va tomando velocidad la escena jazzística presencial, sigue habiendo una valiosa producción discográfica que nos pone relativamente al día con lo que sucede artísticamente. Sin pretender ser exhaustivos, elegimos algunos proyectos dentro del panorama jazzístico y de su amplia variedad estilística, en la que predomina la composición original, aunque los trabajos que toman materiales clásicos no dejan de tener una impronta absolutamente personal.
Entre estos últimos se destaca por su calidad «Interiores«, del cuarteto integrado por Julia Sanjurjo, Nataniel Edelman, Ramiro Franceschin y Santiago Lamisovsky en contrabajo y «Mutable«, de Esteban Sehinkman y Gustavo Musso por su heterodoxa aproximación.
«Confluence», del trío de Ernesto Jodos, Mark Helias y Barry Altschul se asoma a la perfección interpretativa; Silencio ensordecedor, de Juan Bayón, es otra de las joyas discográficas de este año. Imago, de Federizo Isasti y Relicario, de Pía Hernández son trabajos de una fuerza conceptual interesante y que evidencia la constante renovación de talentos en la escena local.
Mientras que «Unity Vol. 1», de Sebastián de Urquiza, confirma a un excelente músico y compositor, Bardo, de Yamile Burich, refleja la fortaleza de la corriente mainstream en Buenos Aires.
Confluence
Un disco anudado por composiciones que transmiten una atmósfera de libertad creativa. Ernesto Jodos en el piano, Mark Helias en contrabajo y Barry Altschul en batería proponen en «Confluence», editado por ears & eyes records, una mirada original sobre el arte de la improvisación; nueve composiciones en las que cada uno de ellos plasmó su idiosincrasia; mientras Jodos en sus temas, LL#2, LL#4 y Diorama plantea diferentes aproximaciones tanto desde lo grupal a lo contrapuntístico, Helias, en Waltz For Thursday Face, Module, On The QT y Come Again muestra una faceta melódica y un espíritu de exploración, tanto como Altschull en You Can’t Name Your Own Town y Be Out S’Cool en los que, además, desarrolla lo que se podría definir como Free Bop y Swing Feel.
Grabado en Nueva York, circa 2018, la interacción que logra el trío es excepcionalmente fuerte con momentos de una comunicación casi telepática, como la que viven Jodos y Altschul en Module. Seguramente, el compromiso en busca de ese espíritu jazzístico de libertad consigue que la música suene orgánica, intensa, sin exageración y con un clima vanguardista. Se siente una comunicación natural, relajada en los medios tiempos e intensa en los Uptempo; «Confluence» es un encuentro musical sin precipitaciones, en el que hay innovación en cuanto a las formas y exploración en sus improvisaciones.
Jodos sin duda es uno de los referentes del piano jazzístico en la Argentina; su talento y experiencia le permiten un enfoque narrativo en sus improvisaciones, como también desarrollar una moderna arquitectura armónica a sus composiciones. Helias es un contrabajista, esencialmente lírico, aunque tiene una decidida fortaleza rítmica. Por el lado del legendario Altschull, su enfoque rítmico sigue siendo atrapante, su estilo es reflejo de un pensamiento moderno en los tambores.
Interiores
«Interiores» del cuarteto de Julia Sanjurjo en voz, Nataniel Edelman en piano, Ramiro Franceschin en guitarra y Santiago Lamisovsky en contrabajo transita un repertorio de grandes compositores. El lucimiento de Sanjurjo, una de las voces más interesantes de la escena local, es parejo con los arreglos y la sensibilidad interpretativa. La cantante muestra en «Interiores» su habilidad interpretativa frente a tan diferentes materiales, But Not For Me es quizás la evidencia más clara, incluso, de su capacidad dramática. Por momentos, envuelve con su voz al trío que edifica el escenario ideal para la cantante.
La música de compositores como Duke Ellington, George Gershwin, Thelonious Monk, Cole Porter, Tom Jobim, Bill Evans y hasta John Lennon es diferente en muchos aspectos, pero profundamente melódica y desde allí, el trío, con Edelman, un excelente pianista que logra una verdadera sociedad con la cantante, Fraceschin, un guitarrista de una delicada sobriedad y Lamisovsky, tan ubicuo como sólido, construyen libremente una comunidad con sonido propio pero que sabe arropar el canto de la vocalista.
El tono minimalista de «Interiores», del sello ICM, es quizás el marco conceptual como también su introspección; Sanjurjo muestra audacia y creatividad en sus scats que no suenan reiterados, algo bien difícil de lograr cuando se convierten en una herramienta expresiva. Love, de Lennon, en un tempo algo más lento que el original cierra el disco con la textura de las voces del cuarteto acompañadas por el contrabajo; un aire sacro envuelve esta canción que se refresca en el arreglo de voz y guitarra. El grupo transmite una madurez en el tratamiento de estas composiciones que consigue reflejar un encadenamiento que suena a patrimonio de la música creativa.
Unity
El contrabajista Sebastián de Urquiza en su quinto trabajo discográfico, «Unity Vol. 1», lanzado por ears & eyes records, mixtura el espíritu jazzístico con elementos de la música rioplatense. Composiciones que reflejan un carácter innovador en las frescas orquestaciones que resaltan ese énfasis melódico que por momentos se vuelve canción.
Grabado en Basilea, el contrabajista está acompañado por Oscar Latorre en trompeta, Yossi Itskovich en trombón, Sam Barnett en saxo alto, Charley Rose en saxo tenor, Iannis Obiols en piano, Silvan Joray en guitarra y Jordi Pallares en batería. Un octeto que suena ajustado y con solistas interesantes que además comparten un vocabulario común que enriquece la solidez conceptual que propone la música de Urquiza.
Temas con estructuras cambiantes que tienen un inteligente desarrollo. Una música escrita con una cuidada meticulosidad que abre espacios para la improvisación, huecos de libertad dentro de los límites de las composiciones. Los solos del saxofonista Rose, en Pasar los días; del pianista Obiols, en Sentimientos encontrados; del trompetista Latorre y del guitarrista Joray, en Tu nombre reflejan ese lenguaje común; por su parte, Urquiza, además de ser un compositor creativo, es un contrabajista de buen sonido, lírico en sus líneas, aunque sin perder de vista la solidez rítmica.
Relicario
La pianista Pía Hernández lanzó sobre el filo del año pasado, «Relicario», por el sello Irazu Records, un disco que descubre –al menos para este cronista- a una pianista y compositora imaginativa y de saludable audacia. Un trabajo que reúne una cierta sonoridad hard bop con elementos del free jazz en una atmósfera que por momentos se tiñe de una emocionalidad casi furiosa. En la música de Hernández hay algo episódico que genera una permanente tensión sobre lo que sigue, una forma de desarrollo interesante, audaz. La pianista muestra a través de un núcleo de composiciones la ineludible influencia de Ornette Coleman, casi al nivel de una militancia. El arreglo de Golem es una evidencia.
«Relicario» deja en evidencia a un quinteto excelente, con Valentín Garvié en trompeta, Pablo Moser en saxo tenor, Ignacio Saulga en contrabajo y Federico Isasti en batería. La interacción que logran trompeta y saxo transmite esas atmósferas cambiantes, atrapantes por momentos; la sección rítmica rodea las melodías de una amurallada solidez que permite, no obstante, espacios para los solos de contrabajo y de batería, mientras Hernández parece explorar una y otra vez el corazón de cada tema. Nada está establecido de manera constante en «Relicario», los músicos entran y salen del papel solista y el clima free domina el disco.
Bardo
El séptimo trabajo discográfico de la saxofonista Yamile Burich muestra a una de las artistas que mejor expresan la vitalidad de la escena de jazz local. «Bardo, lanzado de manera independiente, es un trabajo en el que Burich desarrolla su faceta más melódica, con composiciones que transitan por diversos estilos. La saxofonista, además, es una intérprete que maneja diferentes vocabularios dentro del género.
Este trabajo deja en evidencia su gusto por la variedad; con Gustavo Silva en piano, Ricardo Franceschin en guitarra, Leonel Cejas en contrabajo y Sebastián Groshaus en baterías, Burich recorre desde una sonoridad bop y una filosa sensibilidad diferentes temas de texturas singulares, como Coco Blues, un bop puro y duro; Caos y desorden, un tema a medio tiempo, con cierta entonación coltraniana; Plaza, un hard bop con un arreglo contagioso o la frescura melódica de La Victorita que muestra a un grupo sólido, con solistas como Silva y Franceschin que aportan su propia mirada.
Mutable
El dúo del saxofonista Gustavo Musso y el tecladista Esteban Sehinkman (foto apertura) propone en Mutable una travesía poco ortodoxa para el tratamiento de un puñado de standards que quedaron atrapados por la sonoridad de sintetizadores y del EWI (Electronic Wind Instrument). Una propuesta que se distancia de las habituales recreaciones de los clásicos y su ritual de instrumentos acústicos. Este proyecto abreva en la electrónica y en ciertas sonoridades de aquellos juegos, en los locales de Sacoa, de mediados de los años noventa. Cada tema atraviesa por un sistemático proceso de deformidad, aunque siempre alguna señal melódica nos permite encontrar la composición original, al menos en algunas, como Parker’s Mood, Cherokee, A Night In Tunisia, Caravan y casi nada en On The Sunny Side Of The Street.
Un párrafo aparte merece la versión de Blue In Green, de Davis, en el que logran transmitir una atmósfera dominada por imágenes, un clima cinematográfico para una película futurista de sentimientos sombríos y en la de In A Sentimental Mood, atravesada por una rítmica latina para desembocar en un solo de EWI envuelto en las sonoridades de los sintetizadores.
Imago
«Imago», del baterista Federico Isasti, con Ernesto Jodos en piano y Juan Bayón en contrabajo, pone el foco en otro de los jóvenes de la escena local, donde se percibe un enfoque compositivo más audaz, menos asociado al neoclasicismo jazzístico y la búsqueda de una voz personal, tanto en lo instrumental como en la escritura. El trabajo de Isasti (creo es que el debut discográfico como líder) apunta a lograr un tono conceptual a través de un cuerpo compositivo que propone una pareja relación entre batería, piano y contrabajo. Precisamente, «Imago», lanzado por ears & eyes records, trasunta el propósito de liberar al solista de pautas para que a partir de ese espíritu funcione la interacción que, por cierto, consigue.
Los aportes de Jodos y Bayón enriquecen esta trama musical propuesta por Isasti, un baterista con un lenguaje variado, moderno, que le permite dialogar con el piano y el contrabajo. Un disco con diferentes atmósferas que logra, sin embargo, una unicidad conceptual.
Silencio ensordecedor
El contrabajista y compositor Juan Bayón dio otro paso en su sólida carrera con «Silencio Ensordecedor», lanzado también por el sello ears & eyes records. Un disco que sin duda refleja la creatividad del contrabajista y un notable desempeño del quinteto, con pasajes excelentes y en los que se percibe una comunión estética en relación con la propuesta. Hay en la escritura de la música, que también tiene excitantes pasajes de improvisación, una calidad, una maestría que ya podía percibirse en sus anteriores discos.
«Silencio Ensordecedor» es un trabajo que suena innovador. Hay cambios de estructuras y un buscado contraste entre la crispación y la serenidad que es parte del sello de este compositor. El grupo, con Juan Cruz de Urquiza en trompeta, Lucas Goicoechea en saxos, Leo Genovese en piano y Fran Cosavella en batería, logra un alto nivel de expresividad, con solos intensos, de un inteligente desarrollo, entre los que se destacan los de Goicoechea, un músico que sintoniza con la necesaria intensidad que contiene la música del contrabajista.
Una música que tiene texturas, atmósferas, cambios y contrapuntos dentro de una modernidad atrayente. El contrabajista guía al grupo en esta travesía donde los arreglos juegan tan fuerte como las improvisaciones.