La banda más legendaria y críptica del rock se presentó el 18 de septiembre por primera vez en Buenos Aires (Niceto Club), para celebrar sus 40 años de carrera. Ante una sala colmada de seguidores históricos del grupo y de un público curioso por la puesta en escena y un sonido difícil de encasillar, los Residents no defraudaron y ofrecieron un show impecable desde lo musical a lo visual. Con la asombrosa presencia de Randy, vocalista y ejemplar maestro de ceremonias, presentaron la tercera parte de Shadowland Part 3 of Randy, Chuck & Bob Trilogy, una trilogía donde incluyeron los temas más emblemáticos de su carrera y la proyección de videos inéditos.
Fue un festejo post- explosión atómica o una kermesse psicótica: ¿De qué manera se puede definir el concierto de una banda que creó sus propios parámetros para implosionar la cultura Pop y mostrarla como el imperativo absurdo que es? Con un solo integrante original, sus cantante Randy, The Residents se presentaron como la mejor banda de covers de The Residents del mundo, mientras Randy decía que otro integrante se había retirado al campo para dedicarse a la agricultura. Solo una banda que ha hecho del anonimato su estrategia de difusión puede burlarse tan abiertamente de las bandas que regresan. También es el único conjunto que puede destacar entre sus temáticas a Sheakspeare, los esquimales, Hitler, Beethoven y el mundo de los jingles. The Residents entraban junto con The Fall o alguno de los integrantes de Suicide entre los shows menos factibles de ver para el público local. De hecho el show fue postergado un par de días y más de uno se preguntó por la salud de sus integrantes ante el terremoto de alta graduación que afectó a Chile, parada previa a la Argentina. Toda incertidumbre quedó despejada cuando, con un andar estudiadamente cansino, Randy y el resto de The Residents pisaron el escenario de Niceto. Lejos de los esfuerzos en puesta de escena de anteriores tours, The Residents en la actualidad se visten como se deben vestir los ancianos yanquis cuando festejan Halloween en las casas de retiro, pero la voz sigue siendo la misma que va desde «Meet the Residents» (1974) hasta el reciente Shadowland. Con bases pregrabadas y un estilo para la guitarra eléctrica cuidadosamente desprovisto de virtuosismo, la banda de San Francisco tocó 20 canciones salpicadas de pequeños videos donde otros encapuchados narraron historias inverosímiles.
Sobresalieron Easter Woman del genial «Commercial Album», la paranoia romántica de Is He Really Bringing Roses (de Eskimo, 1978) y la deformidad hindú de Mourning Glory, todo para que la ex banda más misteriosa del mundo se fuera de Buenos Aires tan anónima, genial y dadaísta como siempre.
Cobertura de prensa
ESATA BANDA ME MARCO MUSICALMENTE….!